LA TELEVISION Y LA OBESIDAD INFANTIL.- Según expertos médicos los niños y las niñas pasan alrededor de cuatro horas diarias en promedio sentados viendo televisión, con todas las consecuencias negativas que esto implica, como las siguientes; Primero.- Si usted se percata de la programación que eligen sus hijos que bueno, pero si no es así, en la gama de oferta televisiva hay muchos programas cuyo contenido está plagado de violencia, sexo, malas palabras, o son triviales y banales, en fin que no aportan nada a la preparación que requieren nuestros pequeños; Segundo,. Imaginen todo ese tiempo que pasan sentados frente al televisor, sin tener ninguna actividad física y por lo tanto no quemar nada de calorías, viendo como lo saturan de comerciales donde de la manera más atractiva y agresiva posible lo manipulan para que consuma todo tipo de alimentos chatarra, con lo cual se va programando para su futura obesidad ya que va a llevar una vida sedentaria y con gran consumo de calorías; Tercero.- Por último y muy importante, las consecuencias que para su desarrollo mental y emocional les ocasiona esa exposición negativa a la televisión.
Por sus salud vayamos induciéndolos a que practiquen algún deporte que les permita quemar positivamente toda esa energía que de otra manera se quedará almacenada en su cuerpo con las consecuencias negativas que tan bien conocemos, recordemos que la práctica de un deporte además les proporciona disciplina y fortaleza. Por último y también muy importante, acerquémoslos a la lectura, si todavía no sabe leer, leámosle nosotros, de preferencia cuando vayamos a acostarlos, algún libro ilustrado, donde podamos mostrarles los dibujos que contenga y desarrollar una buena historia, cuando son muy pequeños es preferible que sea muy poco tiempo, cuando veamos que se aburre o se distrae es el momento de parar. Si persistimos en esta actividad pronto nos daremos cuenta que ellos se interesan por los libros y que los veremos en poco tiempo interesados en esta actividad.
México no es un país de lectores y quizá esto se deba a que no hubo quien nos guiara en esta actividad tan importante que nos ayuda a abrir nuestra mente a nuevos conocimientos y a privilegiar nuestra preparación, por lo tanto reparemos esa falta con nuestros hijos. Hagamos de ellos buenos lectores que sean amigos de los libros, con esto estaremos contribuyendo con nuestro granito de arena a acabar con la ignorancia que priva en nuestro país, a que seamos una nación más preparada y por sobre todo cuando realizamos una tarea junto con nuestros hijos contribuimos a estrechar los lazos afectivos con ellos, a que se sientan amados y a que robustezcan su autoestima Desde luego que no se trata de erradicar el televisor de nuestra casa, ni de iniciar una campaña propagandística en contra de esta tecnología. En un mundo utópico donde los empresarios de la televisión preocupados por la educación de nuestros pequeños ofertarían programas con un contenido educativo de primer nivel que le permita al país sacar a nuestra niñez y juventud de la ignorancia, la televisión podría ser esa herramienta maravillosa que nos permita alcanzar tan nobles ideales, pero en la vida real los empresarios están para hacer negocio y entonces nosotros como padres de familia tenemos que cuidar que nuestros niños y niñas no salgan perjudicados al estar expuestos a esos mensajes, dosifiquémosles el tiempo que pasan frente a este aparato y cuidemos el contenido de lo que ellos ven, además contrarrestemos los efectos perniciosos de la comida chatarra ofreciéndoles a nuestros pequeños más frutas y verduras en sus comidas diarias, por favor no caiga en el error de comprarle jugos industrializados, o bebidas con altos contenidos de azúcar refinada, como refrescos envasados o enlatados.
Tomemos en cuenta que nuestra misión como padres entre otras cosas nos obliga a estar prevenidos en contra de cualquier cosa que les pueda dañar, así es que estemos alertas y ¡creemos hijos sanos y felices!