Guiandolos a emprender la aventura del conocimiento con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas

viernes, 4 de febrero de 2011


APRENDIENDO A OBSERVAR A MIS HIJOS Parte 13


LA TELEVISION Y LA OBESIDAD INFANTIL.- Según expertos médicos los niños y las niñas pasan alrededor de cuatro horas diarias en promedio sentados viendo televisión, con todas las consecuencias negativas que esto implica, como las siguientes; Primero.- Si usted se percata de la programación que eligen sus hijos que bueno, pero si no es así, en la gama de oferta televisiva hay muchos programas cuyo contenido está plagado de violencia, sexo, malas palabras, o son triviales y banales, en fin que no aportan nada a la preparación  que requieren nuestros pequeños; Segundo,. Imaginen todo ese tiempo que pasan sentados frente al televisor, sin tener ninguna actividad física y por lo tanto no quemar nada de calorías, viendo como lo saturan de comerciales donde de la manera más atractiva y agresiva posible lo manipulan para que consuma todo tipo de alimentos chatarra, con lo cual se va programando para su futura obesidad ya que va a llevar una vida sedentaria y con gran consumo de calorías; Tercero.- Por último y muy importante, las consecuencias que para su desarrollo mental y emocional les ocasiona esa exposición negativa a la televisión.


                                   


Por sus salud vayamos induciéndolos a que practiquen algún deporte que les permita quemar positivamente toda esa energía que de otra manera se quedará almacenada en su cuerpo con las consecuencias negativas que tan bien conocemos, recordemos que la práctica de un deporte además les proporciona disciplina y fortaleza. Por último y también muy importante, acerquémoslos a la lectura, si todavía no sabe leer, leámosle nosotros, de preferencia cuando vayamos a acostarlos, algún libro ilustrado, donde podamos mostrarles los dibujos que contenga y desarrollar una buena historia, cuando son muy pequeños es preferible que sea muy poco tiempo, cuando veamos que se aburre o se distrae es el momento de parar. Si persistimos en esta actividad pronto nos daremos cuenta que ellos se interesan por los libros y que los veremos en poco tiempo interesados en esta actividad.



México no es un país de lectores y quizá esto se deba a que no hubo quien nos guiara en esta actividad tan importante que nos ayuda a abrir nuestra mente a nuevos conocimientos y a privilegiar nuestra preparación, por lo tanto reparemos esa falta con nuestros hijos. Hagamos de ellos buenos lectores que sean amigos de los libros, con esto estaremos contribuyendo con nuestro granito de arena a acabar con la ignorancia que priva en nuestro país, a que seamos una nación más preparada y por sobre todo cuando realizamos una tarea junto con nuestros hijos contribuimos a estrechar los lazos afectivos con ellos, a que se sientan amados y a que robustezcan su autoestima Desde luego que no se trata de erradicar el televisor de nuestra casa, ni de iniciar una campaña propagandística en contra de esta tecnología. En un mundo utópico donde los empresarios de la televisión preocupados por la educación de nuestros pequeños ofertarían programas con un contenido educativo de primer nivel que le permita al país sacar a nuestra niñez y juventud de la ignorancia, la televisión podría ser esa herramienta maravillosa que nos permita alcanzar tan nobles ideales, pero en la vida real los empresarios están para hacer negocio y entonces nosotros como padres de familia tenemos que cuidar que nuestros niños y niñas no salgan perjudicados al estar expuestos a esos mensajes, dosifiquémosles el tiempo que pasan frente a este aparato y cuidemos el contenido de lo que ellos ven, además contrarrestemos los efectos perniciosos de la comida chatarra ofreciéndoles a nuestros pequeños más frutas y verduras en sus comidas diarias, por favor no caiga en el error de comprarle jugos industrializados, o bebidas con altos contenidos de azúcar refinada, como refrescos envasados o enlatados.











Tomemos en cuenta que nuestra misión como padres entre otras cosas nos obliga a estar prevenidos en contra de cualquier cosa que les pueda dañar, así es que estemos alertas y  ¡creemos hijos sanos y felices! 

miércoles, 19 de enero de 2011


APRENDIENDO A OBSERVAR A MIS HIJOS Parte 12

CUANDO MIS HIJOS PRESENTAN ALGUNA FOBIA.- Cuando por alguna circunstancia nos encontramos ante una situación de peligro, esta nos causa una sensación de angustia, para nosotros es una bendición pues nos hace estar listos para; ya sea luchar y afrontar la situación o en caso contrario emprender la huida, esto se debe a que la fábrica interna que tenemos todos, secretó los químicos que diseminados por todo nuestro organismo, hicieron que nuestro cuerpo respondiera adecuadamente ante las señales de peligro que le fueron enviadas.


Como vemos la angustia es una herramienta necesaria para afrontar situaciones de peligro real, ya que nos permite estar alertas y con todos nuestros sentidos preparados, ¿pero que pasa cuando nuestro cerebro manda señales falsas de peligro sin este existir? Imaginen la reacción que induce en nuestro organismo, la angustia que le provocan los químicos que fluyen por su sistema y hacen que el corazón acelere su ritmo para bombear la sangre con mayor rapidez, en fin todo nuestro cuerpo esta tenso para afrontar ese supuesto peligro, ahora se tiene que dar a la tarea de desechar todos estos productos que le provocan un gran estrés.


También se puede dar el caso de que el cerebro mande las señales de peligro cuando este sea real, pero por alguna anomalía, las siga mandando cuando el peligro ya se disipo, con todas las consecuencias negativas para nosotros que ya vimos, ¿a que se debe esta situación?, Es probable que el desencadenante haya sido un trauma por un peligro real o imaginario También puede darse el caso de que alguno de los dos padres sea demasiado aprensivo y por herencia o imitación, no se ha descubierto cual de los dos casos es el verdadero, al sentir que lo vuelve a vivir este hace que el cerebro mande las señales equivocadas a todo el organismo que propician la aparición de la angustia y estrés que lo acompaña. Cuando estos episodios se vuelven repetitivos es probable que entonces aparezcan las famosas fobias, miedos a situaciones imaginarias que no responden a la lógica, y que hacen que vivamos con angustia todo el tiempo.

Cuando de la observación de nuestros pequeños vemos que pueda estar viviendo algún episodio como los descritos, entonces tenemos que determinar cómo vamos a ayudarlos, en qué momento y circunstancias se presentan sus episodios de angustia y cuanto tiempo le duran, como y porque desaparecen sus miedos, en una situación real de peligro, nosotros estamos ahí para defenderlo o apartarlo de este según sea la situación, pero en un plano imaginario nuestra perspectiva cambia diametralmente pues ya no tenemos puntos de referencia donde ubicarnos o donde ubicar a nuestros pequeños, lo cual nos angustia sobremanera y por reflejo se lo transmitimos a ellos.


Hay un aspecto en particular que quiero describirles pues se que es muy común entre los padres jóvenes que les causa no poca zozobra y en ocasiones no saben cómo resolver, cuando a uno de nuestros hijos le da miedo dormir solo, si todavía no camina se pondrá a llorar hasta que mamá o papá vayan por él, si ya camina es probable que en algún momento de la noche noten que ya está dormido entre los dos, ¿cómo saber si sus miedos son reales o simplemente quiere dormir en la cama de los papás?. Para darnos una idea del problema podemos observar el grado de angustia que presenta cuando se queda solo, ¿qué podemos hacer en este o en otros casos parecidos? Una de las maneras de enfocar el problema es seguir estos pasos:

 Hablar con él y sin presiones ni regaños hacerle ver que lo más sano es que duerma en su cama.

 Hablar de sus miedos en concreto, no los minimice recuerde que para el pueden ser muy reales.

 Prepararlo de antemano para que a la hora que vaya a la cama no se lleve la tensión con él, a través del diálogo y la reflexión hacerle ver que no hay en casa nada que le pueda hacer daño y que ustedes están ahí para protegerlo.



Desde luego hay una gran variedad de fobias que nuestros hijos pueden adquirir, pero recuerde que para que esto suceda, tendríamos que evaluar que ya es un problema y que nuestros hijos aún brindándoles nuestra ayuda, no pueden superarlo, por lo cual tendríamos que recurrir a los especialistas en este tipo de disfunciones, así es que en cuanto observemos en nuestros hijos cualquier situación que los aterrorice, actuemos, no lo dejemos avanzar, recordemos que está en juego la salud emocional de nuestros pequeños, ¡Creemos hijos felices!.